SAN ESTEBAN
Nuestro Padre Jesús de La Salud y Buen Viaje.
La imagen del Señor, de autor
desconocido, reúne las características de estilo de la imaginería
de mediados del siglo XVIII, sin embargo, el hecho de que su cabeza
sea de barro cocido, mientras que el resto del cuerpo es de madera
tallada, hace pensar que éste último se esculpiese para completar
el busto que sería de época anterior y cuya ejecución podría fecharse
a principios del siglo XVI. Hay autores, por tanto, que defienden
la idea de una intervención en dicho siglo XVIII en la imagen ya
que está documentada una intervención en el templo, pudiendo aprovecharse
ésta para adecuar la imagen al nuevo gusto imperante en la época.
Según el profesor don José Roda Peña la escultura puede relacionarse
formal y estilísticamente con un Ecce Homo conservado en el convento
de Santo Domingo el Antiguo de la ciudad de Toledo y que procede
del desaparecido monasterio de Santa María de las Dueñas de Sevilla.
La iconografía de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje
nos muestra al Redentor sentado sobre un sitial del pretorio, una
vez terminado el suplicio de la flagelación, coronado de espinas,
cubierto con una clámide púrpura y entre sus atadas manos, una caña
en forma de cetro como atributos de su realeza. Es esta una de las
imágenes pasionistas más originales y significativas de las que
procesionan en la Semana Santa sevillana, originalidad que le viene
dada por una serie de elementos distintivos como el ser la única
imagen del Señor que tiene lágrimas de cristal o su mirada fija
y entornada que denota una gran concentración interior y finalmente
un detalle que puede parecer anacrónico respecto al momento pasional
que representa, como es el hecho de que presente esas profundas
heridas en las rodillas, que iconográficamente siempre han representado
las imágenes cristíferas como consecuencia de las caídas sufridas
en el camino hacia el Gólgota, si bien sería posible que se las
produjeran posibles caídas durante la flagelación.
María Santísima, Madre de Los Desamparados.
Manuel
Galiano Delgado fue el autor de la Virgen de los Desamparados, sin
embargo la Hermandad no conserva el contrato de su ejecución
ni ningún documento de encargo, el único testimonio
escrito lo encontramos en la pagina 47 del primer libro de actas
de Cabildos de Oficiales donde se dice textualmente “...el
escultor Manuel Galiano Delgado se compromete con la Junta Organizadora
de la recién fundada Hermandad de San Esteban a tener la
obra finalizada a finales de abril de 1927 y con fecha día
20 del mismo mes y año los señores D. Licinio Mediavilla,
D. José Muñoz Lara, D. Francisco Comitre y otros...
en nombre de la Junta Organizadora de la Hermandad solicitan al
cardenal Ilundáin que la bendijera bajo la advocación
de «Ntra. Sra. de la Asunción en el Misterio de su
Dolor», pero el prelado hispalense con fecha del 2 de mayo
contesta que no se puede admitir esta advocación por ser
errónea o muy equívoco su significado...”
La imagen se bendijo el 8 de mayo
de 1927 en la iglesia del Hospital Central con el nombre de María
Santísima Virgen de los Desamparados, esta bendición
se lleva a cabo en dicho lugar puesto que la Virgen se encuentra
“depositada allí” debido a que la iglesia de
San Esteban se encontraba en obras de restauración.
Iconográficamente se trata de una Dolorosa de las llamadas de candelero, realizada en madera de pino.
Iconográficamente se trata de una Dolorosa de las llamadas de candelero, realizada en madera de pino.
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