sábado, 1 de junio de 2013

SANTA GENOVEVA

 Nuestro Padre Jesús Cautivo.
La iconografía hace referencia al Evangelio de San Mateo, en el que se expresa el abandono que Jesús sufre por parte de sus discípulos tras haber sido delatado por Judas y apresado en Getsemaní, y no a la tradicional advocación trinitaria de Jesús Cautivo y Rescatado.
Se trata de una bellísima talla, que mantiene la esencia de la escuela sevillana y en la que percibimos el estilo del autor, en el que predominan el modelado, la calidez de la carnación y policromía y la valiente expresividad: la cautividad se hace patente en el ramillete de finos dedos que se ofrecen atados al fiel, y el abandono en el soberbio rostro de la imagen. El dolor del abandono de los más próximos se refleja en una mirada intensa, dulce y baja, en una cabeza levemente inclinada a la derecha y en una boca suavemente entreabierta, que parece querer hablarnos y pedirnos ayuda. Es un rostro de resignación, no de rechazo, sino de aceptación y compromiso. Estos rasgos son más destacados si observamos que todo en él es dulzura: la cara, las articulaciones de manos y pies, la policromía, e incluso la ondulada melena y la afilada barba. 
 
 Nuestra Señora de las Mercedes.
La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, también realizada porJosé Paz Vélez, en 1956, pertenece al más puro arquetipo de Virgen Dolorosa de la imaginería sevillana, esto es: imagen de candelero, para vestir, talladas en madera la mascarilla y las manos, con algunos postizos en la cabeza (ojos y lágrimas de cristal, pestañas y cabellos), y en actitud oferente, puesto que es la Virgen Madre que ofrece a su Hijo, por quien es precedida, tomando su advocación de la Orden Mercedaria.
Al igual que en la imagen de Jesús Cautivo, la cabeza está levemente inclinada a la derecha, logrando con este hecho perder rigidez y dulcificar un tanto su postura erguida. El bello rostro es pequeño y ovalado, permitiendo de este modo, que la boca sea pequeña y haciéndonos centrar nuestra atención en la misma, que aparece entreabierta y muy perfilada, marcando las comisuras, como si estuviese tomando aire para respirar, matiz que queda más marcado aún con los orificios de la afilada nariz y el hueco finalmente hundido que aparece entre los tendones en la base del cuello. Su perfil nos ofrece una barbilla pequeña y unos pómulos redondeados y sonrosados. Es un rostro de formas suaves, rasgo que procede de una técnica escultórica en la que predomina el modelado en la talla, por lo que la dulzura y suavidad de sus rasgos fisonómicos son un hecho constatado. 

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