SANTA GENOVEVA
Nuestro Padre Jesús Cautivo.
La iconografía hace referencia al Evangelio de San Mateo, en el que se expresa el abandono que Jesús sufre por parte de sus discípulos tras haber sido delatado por Judas y apresado en Getsemaní, y no a la tradicional advocación trinitaria de Jesús Cautivo y Rescatado.
Se trata de una bellísima talla, que mantiene la esencia de la escuela sevillana y en la que percibimos el estilo del autor, en el que predominan el modelado, la calidez de la carnación y policromía y la valiente expresividad: la cautividad se hace patente en el ramillete de finos dedos que se ofrecen atados al fiel, y el abandono en el soberbio rostro de la imagen. El dolor del abandono de los más próximos se refleja en una mirada intensa, dulce y baja, en una cabeza levemente inclinada a la derecha y en una boca suavemente entreabierta, que parece querer hablarnos y pedirnos ayuda. Es un rostro de resignación, no de rechazo, sino de aceptación y compromiso. Estos rasgos son más destacados si observamos que todo en él es dulzura: la cara, las articulaciones de manos y pies, la policromía, e incluso la ondulada melena y la afilada barba.
Nuestro Padre Jesús Cautivo.
La iconografía hace referencia al Evangelio de San Mateo, en el que se expresa el abandono que Jesús sufre por parte de sus discípulos tras haber sido delatado por Judas y apresado en Getsemaní, y no a la tradicional advocación trinitaria de Jesús Cautivo y Rescatado.
Se trata de una bellísima talla, que mantiene la esencia de la escuela sevillana y en la que percibimos el estilo del autor, en el que predominan el modelado, la calidez de la carnación y policromía y la valiente expresividad: la cautividad se hace patente en el ramillete de finos dedos que se ofrecen atados al fiel, y el abandono en el soberbio rostro de la imagen. El dolor del abandono de los más próximos se refleja en una mirada intensa, dulce y baja, en una cabeza levemente inclinada a la derecha y en una boca suavemente entreabierta, que parece querer hablarnos y pedirnos ayuda. Es un rostro de resignación, no de rechazo, sino de aceptación y compromiso. Estos rasgos son más destacados si observamos que todo en él es dulzura: la cara, las articulaciones de manos y pies, la policromía, e incluso la ondulada melena y la afilada barba.
Nuestra Señora de las Mercedes.
La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, también realizada porJosé Paz Vélez,
en 1956, pertenece al más puro arquetipo de Virgen Dolorosa de la
imaginería sevillana, esto es: imagen de candelero, para vestir,
talladas en madera la mascarilla y las manos, con algunos postizos en la
cabeza (ojos y lágrimas de cristal, pestañas y cabellos), y en actitud
oferente, puesto que es la Virgen Madre que ofrece a su Hijo, por
quien es precedida, tomando su advocación de la Orden Mercedaria.
Al igual que en la imagen de Jesús Cautivo, la cabeza está
levemente inclinada a la derecha, logrando con este hecho perder
rigidez y dulcificar un tanto su postura erguida. El bello rostro es
pequeño y ovalado, permitiendo de este modo, que la boca sea pequeña y
haciéndonos centrar nuestra atención en la misma, que aparece
entreabierta y muy perfilada, marcando las comisuras, como si estuviese
tomando aire para respirar, matiz que queda más marcado aún con los
orificios de la afilada nariz y el hueco finalmente hundido que aparece
entre los tendones en la base del cuello. Su perfil nos ofrece una
barbilla pequeña y unos pómulos redondeados y sonrosados. Es un rostro
de formas suaves, rasgo que procede de una técnica escultórica en la
que predomina el modelado en la talla, por lo que la dulzura y suavidad
de sus rasgos fisonómicos son un hecho constatado.
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